Pensamientos constructivos sobre comentarios enojados

Como algunos de ustedes saben escribo mis posts de “a tandas” y los dejo programados. Esto tiene origen en tres razones:

  • a veces mis disparadores tienen que ver con experiencias del día a día, 
  • a veces retoco lo que escribo o cambio el orden de publicación y, por último,
  • la inspiración en mi caso no es continua, más bien espasmódica.

Esta rutina, que usualmente me funciona, también permite que el destino me juegue malas pasadas. Por ejemplo, el muy turro a veces hace coincidir la temática de mis posts con alguna situación real que podría interpretarse como el motivo por el que escribí ese post. El resultado de esto es que esa persona se enoja conmigo. O, aún peor, hace coincidir mis posts programados con algún otro tuit mío (no programado) produciendo resultados más catastróficos todavía: la gente que amablemente lee lo que escribo se pudre de que hable siempre de lo mismo.

Van aquí mis más sinceras disculpas pero todo es culpa del destino! 

Toda esta introducción viene a cuento de que cada tanto recibo en el blog comentarios de gente enojada. Muy poco por suerte pero siempre que viene alguno, trato de reflexionar sobre el asunto. Van aquí cuatro pensamientos relacionados con eso:

  1. Este blog es público y eso me expone a que la gente que me conoce contraste lo que escribo con cómo soy (o trato de ser). A veces me enojo con algunos comentarios pero debo aceptarlos, aún cuando no los comparto. Creo que en el largo plazo es más el valor que obtengo del blog que el que pierdo. El día que no lo sienta así, dejaré de escribir.
  2. A veces el enojo de las personas se produce porque consideran que hay contradicciones entre las cosas que escribo y cómo soy. Pues lo confirmo: El GAP entre lo que trato de ser como profesional y lo que soy existe y es mi objetivo trabajar sobre él cada vez que pueda. Creo sin embargo que esto último sumado al coraje de exponerme con nombre y apellido son lindas virtudes. Por otro lado, yo nunca dije que fuera infalible o perfecto, a lo sumo soy mejorable. Muchas de las cosas que escribo sirven para recordarme a mí buenas prácticas. No me considero superior a mis lectores en ningún sentido.
  3. A veces el enojo viene porque la gente se siente aludida pero lo cierto es que mis posts no están dirigidos a nadie en particular. Si alguno se reconoce en ellos y de su lectura saca algo positivo, bienvenido. Si no saca nada positivo, lo siento.
  4. Bienvenidos los comentarios, aún los negativos. Usualmente elijo no publicar los comentarios que considero no le suman a los lectores (menos aún si son anónimos) aunque sí pienso en ellos y trato de extraer cosas positivas. Como dije aquí, escribo para aprender más que para enseñar.

Tener un blog requiere mucho sacrificio y te da muchas alegrías aunque a veces te hace pasar algún mal rato.

Seguimos pensando..

PD: Este post fue escrito mucho tiempo antes de su publicación y el suceso disparador fue todavía anterior.

Comentarios

  1. No, no. No culpemos al destino por algo que está pre-programado...
    En todo caso, antes de twittear algo, te tendrías que fijar qué es lo próximo programado que va a salir, y considerar si hay colisión.
    Es como la integración continua...

    ¡Ahora me enojé!

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    Respuestas
    1. Tendría pero parte del chiste es no tener que estar constantemente detrás de eso...

      Es mucho más fácil culpar al destinto...

      Desenojate..

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